Augusto
de Prima Porta.
Se
trata de una escultura del primer emperador romano de la historia,
Octavio Augusto, descubierta en 1863 en un suburbio de
Roma llamado Prima Porta.
Es
una escultura de marmol, copia de la original que estaba realizada en
bronce, a día de hoy se expone en el Vaticano.
La
estatua, una imagen idealizada del emperador Augusto,
está basada en una escultura anterior, el
Doríforo de Policleto.
Esto se hace evidente cuando comparamos la pose de ambas esculturas,
ya que poseen el mismo contraposto. Es
un reflejo de las características de la escultura y arte romana,
desde la posición del retratado como la evidente intención
política y propagandística
(la escultura mide 2 metros de alto y se coloca en una plataforma de
1 metro) de ensalzar
al emperador
por encima del resto, siendo considerado un dios por muchos
ciudadanos romanos del momento. En cuanto a la postura, parece estar
mostrando una corona
de laureles
(que se desprendería de la escultura en algún momento) a sus
tropas, ataviado con un manto y coraza militares, esta última con
detalles que representan a diversos dioses como Marte,
dios de la guerra romano, sus últimas conquistas como Hispania,
Galia, Germania o Partia
y
los carros del Sol y la Luna.
En
cuanto a su estilo, tenemos que destacar primero que es una escultura
de bulto redondo, exenta y de pie.
El
original fue realizado en bronce, al
contrario de
la copia que
fue realizada en
mármol (se
desconoce la razón, pero se atribuye al poder adquisitivo de la
familia que encargó la copia)
y utilizó
el procedimiento
de
la
talla. Estaba
policromada
con diferentes
tratamientos,
de hecho
aún
conserva algunos tonos dorados,
(coraza) azules
(hombreras) y púrpuras
(manto). Tanto el
manto
con sus
pliegues
y la
coraza
con
su relieve detallado son superficies
rugosas
que contrastan con su
cara , brazos
y piernas
que
poseen un
modelado más
suave.
En
cuanto a su forma y volumen la
estatua está concebida para ser vista únicamente
de
frente,
por tanto posee
un enfoque de
frontalidad,
aunque
la extensión del brazo derecho
conquista algo de
espacio no
llega
a dar
la sensación de tener que rodearla
para
observar la espalda de la escultura.
Para
reforzar
el contraposto
vemos que la
curvatura del brazo se corresponde con la curva de la
pierna contraria.
La
composición se caracteriza por la unión de lo griego
y romano.
En
cuanto a la influencia griega podemos notar que la
coraza recuerda a los pectorales del Doríforo,
además
de la existencia
de
contraposto, con la pierna derecha tensa y la izquierda relajada
apoyando las puntas de los pies y
perdiendo
la simetría,
que queda modificada por cabeza más erguida para mirar hacia el
frente. Así mismo se contrapone el brazo derecho extendido hacia
adelante y la pierna izquierda tendida hacia atrás.
En
cuanto a la nueva influencia romana notamos que es
un retrato
idealizado,
abandonando
el realismo previo,
ya
que aunque para el momento del retrato Octavio Augusto ya era un
anciano, lo vemos retratado joven y vigoroso. La
indumentaria está
representada como
un
símbolo de
poder,
es
más, cualquier
romano lo hubiera reconocido comparándolo con las monedas de la
época, prueba
del gran poder
político
que poseía el arte durante la epoca de Roma.
La
incidencia de
la luz crea
un
clarooscuro
más
visible por la parte frontal de la estatua, reforzando la frontalidad
de esta. Esta luz se destacaba sobre
todo en
los pliegues
del manto, que
recordemos que estaba policromado. Si prestamos atención a
la expresión
del
retrato, notamos que la
serenidad
y el
autodominio
son,
junto a la
idea de autoridad, una
medida más que refuerza la idealización
del retrato. Así
mismo la indumentaria
(coraza,
bastón, manto )
contribuyen a la misma idea de autoridad
del
emperador.
Webgrafía:
Comentarios
Publicar un comentario