Santo Entierro

Identificación de la obra

Es el primer grupo escultórico hecho en Valladolid y fue destinado al retablo  de la capilla funeraria de Fray Antonio Guevara.
         
Ocupa el lugar central el cuerpo de Cristo yaciente dispuesto sobre su  ataúd  en cuyo centro aparecen los escudos de Fray Antonio de Guevara.

La finalidad de esta escultura es conmover al espectador, llegar a su corazón y que sienta empatía con los personajes que aparecen representados tras la muerte de Jesús.

Este grupo escultórico pertenece al Renacimiento, en concreto al manierismo, y fue esculpido en el año 1571 por Juan de Juni.

Material

El grupo escultórico  está realizado en madera policromada con estofado.
La policromía acentúa el dramatismo, sobre todo en la cara de Jesús, las heridas o en el estofado de las  vestiduras.
Destaca el cuerpo de Jesús de anatomía poderosa tapado con el paño de pureza y con policromía: sangre, venas tumefactas moradas…
Su cabeza muy bien tallada  con los entrantes y salientes de la barba y rizos del pelo, la tiene girada hacia  el espectador.

Tema

Este tema no era muy común en España, por tanto  esta iconografía procedía de la influencia de Italia de los temas de llanto sobre Cristo muerto como en y también de los sepulcros funerarios.

Composición 

Alrededor del eje central  se distribuyen de forma teatral los personajes del drama. A la derecha Nicodemo de edad madura, de cuerpo robusto, con larga melena recogida por una cinta y una gran barba. Mira al cielo suplicando, lleva en  una mano un paño con el que ha limpiado el cuerpo de Cristo y en la otra una vasija con ungüentos, a su lado María Magdalena mira a los pies de Cristo que está tocando con sus dedos con delicadeza, mientras que en la otra mano  lleva el tarro de perfumes.    
En el centro María arrodillada con ojos llenos de lágrimas, desconsolada y con las manos abiertas, es  compadecida por Juan que se encuentra de espaldas en escorzo y dispuesto a abrazarla. A continuación María Salomé que lleva la corona de espinas que le acaba de quitar a Cristo  y un paño para limpiar su cuerpo gira el tronco y presenta una composición helicoidal.
            
En la esquina se encuentra José de Arimatea, su cabeza está cubierta con un turbante, tiene  una rodilla en el suelo y gira su tronco para mostrar en su mano una espina que le ha quitado de la cabeza  para indicarnos el dolor sufrido y mira al espectador para introducirlo en el drama. El rostro de José de Arimatea está arrugado y  triste.

La composición es simétrica y cerrada  ocupando el lugar central el cuerpo de Cristo yaciente y cerrando la composición José de Arimatea y Nicodemo.

Las figuras tienen una proporción o canon algo más grande que el cuerpo humano y están dotadas de gran volumen. Los rostros son bastante anchos y las vestiduras son voluminosas y amplias.
En casi todas las figuras aparecen  esquemas compositivos con cierto retorcimiento propios del manierismo  como en María Magdalena, María Salomé o José de Arimatea que acentúan la tensión del momento.
EL ritmo es dinámico   por los esquemas contorsionados  y por la diversidad de gestos.  
En cuanto a la expresión en los personajes, podemos observar la tristeza serena de Nicodemo que mira al cielo, la pena y el sentimiento delicado de María Magdalena que toca con sus dedos los pies de Cristo; la angustia y desconsuelo de la madre, el llanto de María Salomé  y el rostro crispado de José de Arimatea que parece indicar al espectador la injusticia de la tortura y muerte de un inocente.  

Características de la época histórica 

El Renacimiento abarca los siglos XV y XVI que en Italia reciben el nombre de Quattrocento y Cinquecento. Este movimiento nace en Italia, país que tenía más cerca los restos arqueológicos del Antiguo Imperio Romano que ahora van a servir de inspiración a los artistas renacentistas. Además, Italia, nunca había perdido del todo la herencia clásica. Surge en una época en la que la burguesía gobierna y se empieza a dar forma al Estado Moderno.

El término Renacimiento nos da una idea de su significado "vuelta a la vida", en contraposición a la idea de la Edad Media. Se trata de renacer teniendo como modelo el mundo clásico. Esto trae de vuelta la cultura antropocéntrica, donde el ser humano se siente el centro del universo. Es una cultura que recibe el nombre de humanismo, recuperando los valores de la antigüedad. Es precisamente esta mentalidad la que hace que se desarrolle la ciencia y el racionalismo frente a la explicación religiosa que primaba en la Edad Media. La mejora de las ciencias y las matemáticas se incorporan al arte y hace que se mejore la perspectiva. Es una época optimista, en la que depositan la fe en el hombre.

El hombre se define ahora por su individualidad, desarrollándose el culto a la personalidad. 
Los artistas adquieren prestigio, se les considera verdaderos intelectuales, perdiendo de esta forma el carácter artesanal que tenían hasta el momento. Además, desaparece el anonimato artístico. También resurge el mecenazgo, práctica que hace que la actividad artística se desarrolle gracias a que avala la labor de los grandes humanistas y artistas del momento.

La vuelta a los tiempos clásicos supone la vuelta al ideal estético de Grecia, a la belleza formal, al arte por el arte, a la proporción, a la armonía y supone también la vuelta al afán propagandístico. De Grecia toman al hombre como ideal y de Roma al hombre como ciudadano.

En el arte, sin dejar de ser religioso, cobra importancia lo civil, al servicio de la burguesía y la nobleza. Se considera el arte como ciencia. Todo lo artístico es investigado. Los grandes artistas intentan dar validez científica a su obra, escriben tratados sobre arte y biografías de personalidades relevantes.

La muerte de Lorenzo el Magnífico en 1492 marcó el final de Florencia como centro artístico para desplazarse a Roma, que se convierte en centro del poder religioso y político en la capital artística y espiritual de Europa. 
El Cinquecento es la época del Pleno Renacimiento y se caracterizó fundamentalmente
por la búsqueda de la belleza, que pasa a ser algo inaccesible. Lo artistas sintieron que su objetivo era llegar hasta cotas insuperables de belleza y verdad que superaran al Quattrocento. 
En este siglo fue muy importante el mecenazgo de los Papas Julio II y León X y los nuevos hallazgos arqueológicos. Pero esta grandeza que intenta reflejar el papado sufre un importante revés en 1527 con el Saco de Roma.
A ello habrá que unir la reforma protestante y el reciente poder de España en Italia. Estos cambios políticos terminan con el optimismo humanista. Los valores clásicos se ponen en duda y surge el Manierismo, un estilo que reinterpreta los elementos clásicos, rompiendo los principios de equilibrio, proporción y serenidad. El origen del término Manierismo está en la expresión italiana “alla maniera di...”, es decir, siguiendo la línea de los grandes clásicos: Miguel Ángel, Rafael y Leonardo. Frente a la objetividad absoluta del ideal del Renacimiento, el Manierismo acentúa la individualidad del artista y antepone la libertad a cualquier autoridad.

Autor

Juan de Juni es de la región de Borgoña.  De esta región, de desarrollo artístico durante la última fase del gótico,  influye el dinamismo de los paños y la iconografía de de los entierros.
Su estancia en Italia le hace recibir la influencia de Donatello y sobre todo de Miguel Ángel en las anatomías y figuras retorcidas y tensas.
En España influirá la religiosidad  castellana.  
En resumen, este escultor, ofrece las imágenes que mejor expresan las exigencias de la nueva religiosidad: su expresividad, movimiento, patetismo y sentimiento invitan a los fieles a conmoverse.

Otros autores

Miguel Ángel 
Sus obras rompen con el clasicismo y buscan plasmar realismo, pero también expresividad y, sobre todo, movimiento. Deja atrás las composiciones donde dominan la simetría y armonía para esculpir figuras en las que los personajes parecen querer salir del bloque, caminar. 

Esta sensación de movimiento la consiguió con el contrapposto, propio de la estatuaria griega que se empleaba para romper con la frontalidad de la escultura.
Los protagonistas de sus obras expresan sus sentimientos y expresiones de manera dramática. Sus personajes muestran miradas penetrantes y profundas.

Y no solo en los rostros; también los cuerpos expresan tensión contenida, fuerza. Las poses de sus figuras no son estáticas. Son tallas donde podemos apreciar los profundos conocimientos que el artista tenía sobre anatomía, sobre musculatura. Las manos del David son buena prueba de ello, con sus venas y tendones bien definidos. 
Su talla en mármol es majestuosa. Se aventuró a esculpir algunas obras, como el David, en un solo bloque, cuando lo normal era tallar las esculturas por piezas y luego unirlas. Miguel Ángel disfrutaba con este reto.

Giorgio Vasari
Vasari estuvo influido como artista por el trabajo de Miguel Ángel Buonarroti. Sus pinturas se enmarcan en el Manierismo de la escuela toscana. Aunque fueron muy apreciadas y solicitadas en su época lo cierto es que en la actualidad los críticos de arte las consideran en su mayoría superficiales, carentes de sentido del color y talento.
Una de sus obras más conocidas es Seis poetas toscanos:

Tiziano
Fue uno de los mejores pintores de la historia del arte. Maestro del retrato o el paisaje, de pintura religiosa o mitológica, pintaba con total virtuosismo. Fue evolucionando a lo largo de una larga carrera en la que podemos ver varios Tizianos.
Una de sus obras es Venus de Urbino








Comentarios

Entradas populares