JUSTINIANO Y SU SÉQUITO
AUTOR:
Desconocido.
ESTILO:
Bizantino.
TÉCNICA:
Mosaico.
SOPORTE:
Muro.
LOCALIZACIÓN
ORIGINAL Y ACTUAL: Presbiterio de la iglesia de San Vital, Rávena.
El Imperio Bizantino nace como consecuencia de la
caída del Imperio Romano en el siglo V y su división política. Mientras que el
Imperio Romano de occidente cayó en manos de los bárbaros, el bizantino,
conoció un gran esplendor político cultural.
Su capital era Bizancio, antigua Constantinopla.
Tomaron la cultura y el idioma de los griegos, dominaron un imperio desde el
sur de la península Ibérica y el sur de Italia. El arte Bizantino puede
definirse como una síntesis del romano, helenístico y oriental, evoluciona desde
su emperador Justiniano, considerado el principal gobernante Bizantino, con él,
el Imperio alcanzó su máximo esplendor político y cultural, hasta que
Constantinopla cae en el poder de los turcos. El emperador tenía un poder
cesaropapista, el Imperio Bizantino es,
ante todo, un Imperio cristiano en el que el poder político y religioso
se unen para configurar un Estado Teocrático, la sociedad estaba jerarquizada,
economía agraria y comercial, sometida a un fuerte dirigismo y la religión
estaba omnipresente en la vida de Bizancio.
Los bizantinos adoptaron los gustos estéticos
orientales, se puede observar su tendencia a llenar totalmente las superficies
(Horror Vacui). Este mosaico se caracteriza por la amplia gama cromática,
lograda por el uso de teselas de mármol que alternan con otras de barro cocido
vidriado, para obtener efectos de modelado, se rehúnden las piezas, para
producir las sombras y dar mayor realismo y profundidad. Los reyes visten
túnicas oscuras que hacen destacar sus figuras por encima del resto de los
personajes.
Teselas
Mosaico
Los ojos almendrados y las figuras planas y
alargadas recuerdan el arte del periodo arcaico griego con un marcado
hieratismo y rigidez en los personajes, también en los pliegues de las túnicas.
Carece de perspectiva haciendo a los integrantes que parezcan flotar sobre un
fondo dorado.
En este mosaico tienen poca relevancia los
elementos arquitectónicos, solo en los extremos de la escena hay dos columnas
corintias. Justiniano preside el mosaico con su ofrenda, un recipiente de oro,
en las manos, a su izquierda el obispo Maximiano de Rávena y tres miembros más
de la iglesia que simbolizan el apoyo del clero, y a su derecha, dos generales,
el de la barba es Belisario, que reafirma el reconocimiento de su autoridad por
parte del ejercito, uno de estos soldados sostiene un escudo con el crismón del
Salvador, que es el emblema de Constantino.
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